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La Ventana                                                                                                  

Por Alejandra Celedón

PhD Architectural Association, Londres

María Gabler, artista chilena, repara en la simpleza de los elementos fundamentales con los que la arquitectura construye (alzaprimas, vigas, pilares, cielos), en los arquetipos con los que compone sus edificios (escaleras, pasillos, ventanas, fachadas) para separar y unir cuerpos en el espacio. Como comienza el ensayo seminal de Robin Evans “Cuerpos, puertas y galerías” (1978), “los objetos cotidianos contienen los misterios más profundos” o las cosas más simples pueden contener las preguntas más importantes. En cada trabajo Gabler acusa con mirada crítica temas que cruzan la historia, los usos y las convenciones. Sus instalaciones responden a los espacios que se le presentan, en un modo de obra específica a cada sitio que, en lugar de acomodarse a su contexto, reacciona y lo incomoda de vuelta.

 

En Fachada (Residencia Cancha, 2014) la artista pone en cuestión la idea de patrimonio al intervenir un edificio existente desde sus entrañas. Abriendo un orificio en su cielo falso a través de una escalera, Fachada visibiliza (y problematiza) que lo único que queda intacto en esa declaratoria es su propia envolvente. Para encontrar los orígenes constructivos de su interior (ladrillos y pie derecho originales) hay que romper capas del presente y mirar aquello que el edificio oculta. Terraza (Matucana 100, 2015) construye una nueva escalera que parece no llegar a ninguna parte, más que a una esquina oscura de la sala. La escalera sube hasta una pequeña plataforma que muestra –en una fotografía imperceptible desde abajo– la vista panorámica del paisaje que se vería desde ese lugar y altura específicos si no estuviera bloqueada por los muros de la sala. Muestra lo que no se ve, devuelve el horizonte y trae el paisaje al interior como potencial, diluyendo los límites impuestos por el perímetro. 

 

En Mirador (Galería Tajamar, 2015) Gabler duplica un edificio: construye una réplica de la Galería Tajamar donde ha sido invitada a exponer. La copia es exacta, pero hecha con placas de madera simple de OSB –material empleado en intervenciones anteriores. Esta galería cerrada, opuesta a la vitrina original, ya no deja ver, dislocando la función principal de un espacio expositivo (espacio que, en efecto, hoy no existe). Lo transgrede al mostrarnos su opuesto, y reproduce (o más bien traduce) de manera invertida (o subvertida) el propio espacio de la galería a escala 1:1. El volumen fue luego trasladado y expuesto en Galería Gabriela Mistral: un modelo escala 1:1 de una galería ciega dentro de una sala de exhibición abierta. Unos años más tarde, en La Galería (Sala de Arte CCU, 2017), las placas de OSB construyen esta vez una galería-corredor opaca dentro de la Galería, donde el “arquetipo arquitectónico” y la “colección de obras” de arte se superponen en un solo gesto. Muro Falso (Galería NAC, 2018) escarba en capas de historia para descubrir el origen del muro destinado a la obra. El pedazo de muro extraído fue luego trasladado y expuesto en la Feria Ch.ACO. 

 

Para la artista, los sitios de exposición se convierten en objetos encontrados, construcciones dislocadas que luego utiliza para otros fines. Desplazados de sus contextos originales y en sus nuevos sitios, se vuelven instrumentales para sus objetivos. Como cualquier designación y reubicación de un objeto, incluidos los ready-mades, constituyen una modificación del objeto al cambiar nuestra percepción de su utilidad, su vida útil o su estado. 

 

Esta vez, en La Ventana (2021), la artista rescata del recuerdo una antigua apertura de la pared norte de la Galería Gabriela Mistral, construyendo un túnel desde el ventanal que da a la calle hasta el trazado de la memoria de esa ventana. Esta operación de reconstitución histórica también fue explorada en Vertical (MAC Quinta Normal, 2017). En La Ventana, Gabler construye un túnel que bloquea toda luz, acercando la antigua ventana a la calle y haciendo desaparecer y colapsar el espacio de la galería. En arquitectura, una ventana se llama “ciega” o “falsa” cuando no podemos mirar a través de ella. Una ventana falsa existe como dibujo, como estructura de marco y palillaje, pero cuando su función última es negada. Al bloquear la ocupación de la galería y obstruirla, como hizo anteriormente en Ruina (Galería BECH 2011) o en La Galería (2017), Gabler disloca el sentido de uso interior al desnudar el cliché “galería-vitrina” hacia la calle, como también propuso en Mirador o en La Vitrina (Galería Animal, 2011). 

 

Las ventanas delimitan la permeabilidad entre el interior y el exterior, entre lo privado y lo público, entre la arquitectura y la ciudad, permiten que este límite determinante de propiedad se pueda cruzar con facilidad mirando a través desde cualquier lado. Esta vez no. La relación íntima entre ventana, visión y percepción es trastocada. Mediadora entre espacios, la ventana es un sitio de comunicación; y como palabra, ha sido metafóricamente abusada para otros medios visuales como la pintura, la televisión o las interfaces de computadora. Mirar más de cerca estas metáforas revela que la ventana aparentemente familiar puede que en realidad no sea transparente, sino que oculte o disloque lo que hay al otro lado. En este caso, solo podremos mirar las cosas que la artista nos permite a través de la ventana.

 

Las ventanas ocupan un lugar central en nuestra concepción del interior: a través de ellas, miramos el mundo exterior (ya sea ciudad o paisaje) desde un lugar protegido, o recibimos la luz, el aire y el calor (o el frío). Por un lado, la ventana encuadra una mirada al mundo y enmarca la relación de quien mira con el exterior. La ventana ha iluminado las escenas cotidianas, tal como nos han mostrado Vermeer, De Hooch y otros. La vida que reúne una ventana en torno suyo en el interior, la diferencia y distancia de la puerta. La luz que ilumina la actividad en su interior crea un espacio de reunión que la puerta no asegura. Por otro lado, desde fuera, la miríada de ventanas al pasar nos hacen vislumbrar la ciudad como una serie de vidas interiores que nuestras miradas voyeristas conectan en una colección de vidas individuales. Las ventanas, como pantallas para el deseo de apropiación de esas vidas, se vuelven parte de la narrativa de la ciudad.

 

Al anular ambas posibilidades de la ventana como un umbral cargado, la obra de Gabler pone en crisis la propia idea de interior. En este sentido, nos devuelve la ventana como una heterotopía: un lugar otro imposible. Cuando miramos desde el interior, vemos el exterior, pero también a nosotros mismos, reflejados en un espacio que en realidad no ocupamos. Cuando miramos desde el exterior, vemos el interior, pero también a nosotros mismos. Reflejados como en un espejo, tomamos conciencia de nuestra propia mirada. La ventana es un espacio para asombrarnos e imaginar. Como ha descrito Foucault, es también una utopía: un lugar sin lugar. Nos vemos donde no estamos: “estoy allí donde no estoy, una especie de sombra que se abre virtualmente detrás de la superficie. Estoy allá donde no estoy, una especie de sombra que devuelve mi propia invisibilidad, que me permite verme allá donde estoy ausente”. La imagen del que observa se superpone a la vista del objeto de su deseo, aquí negado al romper todas las promesas de transparencia de una ventana.

 

En muchos sentidos, Gabler ofrece a la arquitectura un estatus epistemológico renovado. Siempre trabajando con recursos mínimos, promete conceptualizar los edificios desde el interior: desde dentro hacia fuera. Pero, más radicalmente, posibilita el pensamiento reverso de ir desde lo particular a lo general, de lo pequeño a lo grande, del detalle arquitectónico a la ciudad. Insiste en los mismos temas, refinando sus estrategias con nuevas miradas críticas sobre los espacios que ocupa. Diluye los límites de reflexión entre la arquitectura y el arte, entre lo falso y lo verdadero, el pasado de los edificios y sus huellas en el presente, el programa cambiante sobre muros pesados, la relación entre interior y exterior, la tensión entre los cuerpos, la arquitectura y la ciudad. 


 

 

Evans, Robin. Figures, Doors and Passages. Translations from Drawings to Buildings and Other Essays. 1997. London: Architectural Association.

Foucault, Michel. "Des Espaces Autres". Conferencia dictada en el Cercle des études architecturals, 14 de marzo de 1967. Architecture, Mouvement, Continuité no. 5 (octubre 1984): 46-49.

La Ventana María Gabler
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